En las inundaciones de Génova de octubre de 1970 se consuma un imaginario amor entre el protagonista y la esposa de un tal Anselmo. Un coro hace de trasfondo de la historia. El coro se expresa en genovés con exclamaciones de asombro y alarma relacionadas con la lluvia ("Amìala Ch ' â el aire, amìa cum' â el es, cum' â el es"). La voz solista describe el fenómeno atmosférico trasfigurandolo en una simbología de mala suerte negra que no permite a la mujer alcanzar al protagonista.
Dolcenera es una canción con tres niveles narrativos: una inundación de agua ("dulce" porque proviene de las montañas y ríos y "negro" porque ensucia), una historia de amor y, metafóricamente, la relación entre un "tirano" y su ansia de poder.
La inundación a la que hace referencia la canción es probablemente la de octubre de 1970 y no, como suele decir el propio De André, la mucho menos grave de 1972. Fue en 1970 cuando se produjo una inundación "que no se había visto en toda una vida": comenzó la noche del 7 de octubre, en Ponente Genovese, luego se extendió al centro y fue la más desastrosa de la historia reciente de Génova. Todos los barrios estaban sumergidos (menos aquellos en las colinas), y hubo 25 muertos. En septiembre de 1972 hubo una tormenta con fuertes ráfagas de viento (150 kilómetros por hora), con muchos árboles caídos e inundaciones en algunas áreas, por ejemplo en Campoligure, pero no comparable a la devastación de 1970.
El comienzo de la canción - en tono impetuoso - expresa con la música, con el estribillo y con el texto la fuerza irresistible del agua que aplasta todo: "negra que arrasa todo", "que derriba las puertas", "que mata y no se arrepiente","negra de amargas capas"... El ritmo del agua, la fuerza de la inundación recorre toda la canción, entremezclada con la otra historia. Las descripciones son bellas, crueles y poéticas al mismo tiempo: "agua que no se espera y que bendita no era", "agua que parte el monte", agua que continúa descendiendo del cielo y desde los techos de las casas ("Agua de alfileres densos / desde el cielo y los techos"), agua que aprieta la ropa de la gente y la baña hasta la cintura; y cuando la inundación finalmente llega a su fin, aquí está, retirándose, deslizándose a través de la gente "como un inocente que no tiene nada que ver", a pesar del desastre que ha causado.
En este fondo calamitoso, los dos amantes emergen. Uno, seguro, es una adúltera, la esposa de Anselmo. Sabemos muy poco sobre el hombre. Sin embargo, es el ejemplo de soledad del que hablamos en esta canción, como De André explicó varias veces durante los conciertos: "Este es otro tipo de soledad curiosa y especial, y es la soledad del amante. El amante no correspondido entra en una especie de sueño paranoico, de modo que borra todo lo que pueda interponerse entre él y el objeto del deseo , y es el caso, de hecho, del protagonista de esta Dolcenera. Es una historia paralela: por un lado hay una inundación que ha sumergido a Génova en octubre de 1972, y por el otro está este loco enamorado esperando a la mujer que debe llegar a su primera cita. Está totalmente loco, totalmente sumergido en su sueño paranoico que incluso elimina la ausencia de su amada, porque ella, de hecho, no llega. Está convencido de hacerle el amor aunque en realidad ella está con el agua literalmente al cuello".
El encuentro, fuertemente deseado por el hombre, está motivado por el amor, un amor sin violencia como debería ser, porque "y el amor tiene al amor como solo argumento". Entre los dos amantes, tan pronto como son nombrados, se intermpone el agua del modo más inoportuno: "el tumulto del cielo ha estropeado el momento". Incluso la mujer, a pesar de estar bloqueada por el agua, sueña con la reunión clandestina. La referencia a las relaciones sexuales también aparece ahora de forma más evidente en los siguientes versos:
La mujer de Anselmo está soñando del mar
cuando inunda el rincón se retira y remonta
y la sábana se hincha en la horma de la ola
y la lucha se hace resbaladiza y profunda.
La última línea en una primera versión decía: "y en el medio de la cama la corriente es profunda".
Ahora De André: "A pesar de esto, la ansiedad de perderse debido a Dolcenera, regala a los dos amantes la certeza de ser atados a un sentimiento especial. Lástima que no puedan vivirlo ya que la esposa de Anselmo está aprisionada en un tranvía detenido involuntariamente ("en su tranvía desconectado en cualquier distancia").
Este tipo de sueño paranoico que trata de eliminar cualquier obstáculo entre el protagonista y el objeto de su deseo, por desgracia, es muy similar al del tirano que trata de eliminar cualquier obstáculo entre él y el ejercicio de lo absoluto. Aquí está la referencia al "tercer" plano narrativo, la similitud con el poder, no inmediato, peor muy presente en Fabrizio.
La primera idea sobre los temas tratados en esta canción se encunetra en un libro ... "En una página de un libro de Stefano Benni, 'L'ultima lacrima', donde encontramos una narración titulada 'La leggenda di Dolcenera' ... La idea: la situación (la irrupción de una entidad vil e irracional para devastar una ciudad y su clase dominante): el persanaje (Dolcenera), su naturaleza alegórica (las referencias a los hijos que fluyen por conductos frágiles y a su naturaleza filtrante muestran muy claramente la consistencia de la figura del agua), el núcleo narrativo (la ceguera del poder que no reconoce al otro, la rebelión de la naturaleza, personificada en Dolcenera, la reacción de la 'gente por la calle' que se reconoce y se ayuda".
Al mismo tiempo, el personaje de la esposa de Anselmo toma forma y la idea de un amor loco que es sueño y realidad. Encontramos rastros en otros libros, todos de un géneros diferentes.
En una página de Amirbar, una novela de Alvaro Mutis (también fundamental como fuente de Smisurata preghiera), De André enfatiza y resalta dos versos e inmediatamente debajo otros tres, con la nota 'la esposa de'. Se puede suponer, con un buen margen de fiabilidad, que en estos pasajes de Alvaro Mutis Fabrizio de André ha encontrado el germen para la creación del personaje de los paranoicos enamorados. Este es Abdul Bashur, el soñador del barco que está "luchando con la búsqueda obsesiva del objeto propio del deseo, el barco perfecto".
"Il libro del mondo. Le storie dietro le canzoni di Fabrizio De André" (Walter Pistarini) |